domingo, 27 de mayo de 2012

**Mi voluntad-Mi condena**



Hoy a amanecido despejado,se nota que va anunciando la llegada de la primavera.
Los prados van llenándose de flores multicolor pero no sonrío al verlo.
No me produce alegría.
No me inmuta ver el jolgorio de los niños con sus risas... sus voces ... sus juegos.
Me tiembla el pulso mientras escribo y me cuesta ver las letras que van dando forma a esta carta.
Algo húmedo va resbalando,su sabor es inconfundible ... salado ... amargo... doloroso por momentos.
Un escalofrío recorre mi espalda mientras suspiro por tiempos mejores.Tiempos más fáciles y alegres,donde todo sonreía a mi alrededor.
La vida me ha deparado hoy un trance muy duro.Quizá ... algo que sin ser insalvable,es más doloroso y certero que un golpe en la integridad física.
Estoy cansada ... agotada.
¡Ya es demasiado tiempo!
He pagado con creces mi buen hacer y el tiempo se me escapa injustamente.
Ya no eres mi voluntad.Ahora te has convertido ... en mi condena.

viernes, 11 de mayo de 2012

**Sin confesión**


Lo que comenzó como un juego de palabras sin orden,con el paso de los días se hace palabra de honor.
Aún recuerdo tus palabras,siempre me decías : "Acabarás enamorándote" y yo me reía creyendo imposible tanta arrogancia. Pero mi mente vuela a tu lado una y otra vez con preocupación.
Tú ... disfrutarás quizás del reto de lo deseado, de lo excitante, de lo morboso, de la cabezonería, del ego del triunfo.
Yó ... ausente, ensimismada en mis pensamientos que se tornan en forma de deseos.
Deseos que serán incomprendidos..
Deseos con titulos de mil y una noches y lolitas con forma masculina que acechan, que estudian, que quieren y que ganan.
Amores inconfesables a la vista de la gente y evidente entre cuatro paredes.
Complice fiél la oscuridad que le dá cobijo.
Ojos críticos que ven pasar al que creen graduado.
Hipocresía barata de la envidia y admiración por la rebeldía.
Intento rebelarme,  pero creo que es inútil. Creo que perderé todo lo moralmente establecido y la batalla la ganará quien viene pisando fuerte.

viernes, 27 de abril de 2012

**Angel chiquito**












Angel chiquito,nueve meses de vida.Te quebraron las alas antes de echar a volar. Nadie te enseñó a que sabe una carícia ni te dirigieron miradas de amor. Tu carita inocente nunca se llenó de besos si no ... de golpes. Tu habitación nunca fué el cuarto de los juegos,de los cuentos o de las nanas. Angel chiquito quisiera poder coger tu cuerpo frágil y arroparte con mis brazos ... defenderte. No llegaste a este mundo con un pan debajo del brazo si no con una frustración que decidieron que debías pagar con tu vida. Angel chiquito,culpable siendo inocente. Tu mamá no fué unos ojos embelesados en su creación si no el verdugo que acabó contigo.La que decidió cuando comienza a latir tu corazón y cuando debe parar. Te pienso y te siento.Me dueles pequeño. Angel chiquito me pregunto si supiste en algún instante sonreir o por el contrário solo podías temblar en tu cunita ,que al igual que los barrotes que posee ,fué tu cárcel. Condenado a cadena perpétua ,que en tu caso mi niño,la pena de muerte no fué abolida. Angel chiquito.Mi niño Carlos,nueve meses de dolor que solo la muerte te salvó del desamor. Mil besos al aire en tus alitas quebradas,que te llevarán mas rápido hacia tu paz.

domingo, 15 de abril de 2012

**El atardecer de tus sueños**













Sueños lejanos,
recordados en el tiempo,
en la soledad de cada atardecer.
Sueńos por cumplir que se adormecen
estrenando una piél.

Sueños hechos de retazos,
de caricias,
de esbozos de sonrisas,
de manos que se cruzan,
de cuerpos que se buscan.

Sueños en el atardecer,
donde eramos cómplices del destino,
donde tomábamos el mismo camino,
donde las ilusiones lo llenaban todo.

Atardeceres al calor de la música,
acallándonos con besos
suspirando con la mirada,
recorriendo nuestros cuerpos
bebiendo a grandes sorbos
el tiempo que nos quedaba.

Llenando con risas floja,
esas palabras que tu me dabas,
donde nos sobraba todo
sin recordar nada,
donde éramos uno solo,
donde nada nos importaba.

Lejanos atardeceres
que de nuevo haces entrada,
con nuevos sueños e ilusiones
en esta vida regalada.

viernes, 6 de abril de 2012

caducidad













Donde partió
la niña que algún día fué,
en qué lugar y hora se desmoronó,
en aquel maldito invierno
donde las risas amortajó.

Menguaron los dias,
se perdieron sonrisas,
aquel noviembre
donde la vida nacía
y donde todo moria

sábado, 31 de marzo de 2012

Por ellos













Nací pobre, por circunstancias de la vida casi no podía ir al colegio, ese, solo era un privilegio de las niñas-bien, así que soy poco más que analfabeta. En casa éramos una multitud pués mis padres tuvieron diez hijos, así que yo me vi siempre rodeada de niños, con sus travesuras. Fué una etapa dura de mi vida pero de la que guardo gratos recuerdos, claro que... solo duró 15 años de mi vida, lo justo hasta que mi mamá muriera, se murió por no tener medicinas suficientes que curaran sus pulmones y una neumonía se la llevó para siempre. Esto fué un mazazo para todos nosotros ya que aunque éramos muy pobres, mi mamá nos hacía sonreir siempre.
Mi padre creo que nunca lo superó, y digo creo porque a los pocos meses de morir mamá nos abandonó a mis hermanos y a mí. Nunca más lo vi.
Como pudimos salimos adelante, los más mayores entre los que me encontraba yo, que era la segunda, trabajabamos en pequeñas cosas que no daba para mucho pero al menos, podíamos comer una vez al día. Reconozco que alguna vez robé, me colaba por la noche en algún huerto y cogía alguna lechuga, algún tomate, en fín, cualquier cosa que se pudiese comer aunque fuese nada más que hervido. A mi hermano una vez le tocó la lotería con un señor al que ayudó en la calle, este señor estaba a punto de ser agredido por dos mocosos de poco más de 12 años que intentaban quitarle los paquetes que llevaba, él en agradecimiento le dejó que escogiera entre lo que llevaba lo que quisiera y mi hermano cogió una docena de huevos. ¡Menudo festín!. Nunca más volvió a verlo. ¡Una pena!
Nuestra vida transcurría llena de miedos, soledades y hambre, mucha hambre.
Cuando contaba con 17 años, una tarde una monja se acercó a nuestra chavola, había oido hablar de nosotros. Me dijo que había familias dispuestas a adoptarnos, nos separaría eso si, éramos demasiados niños pero al menos estaríamos atendidos y no pasariamos calamidades. Mis hermanos, los pobres, que pasaban mil y una necesidades estuvieron de acuerdo, así que todos fueron adoptados, incluso mi hermano mayor, con el que me llevaba diez meses, aceptó. Todos aceptaron menos yo. No me veía en una familia que no era la mía. El recuerdo de la sonrisa de mi madre aún me dolía y el abandono de mi padre, aún me martirizaba, asi que me quedé con la monjita y ella cuidó de mi hasta que con el paso del tiempo, conocí al que después sería mi marido.
Con él tuve, se puede decir una buena vida, mi marido tenía trabajo, así que no nos faltaba el diero y yo tambien hacía algun trabajo esporádico en casas que necesitaban de vez en cuando para alguna fiesta gente para servir o limpiar.
De vez en cuando visitaba a la monjita que había cuidado de mi y un buen día la acompañé a un barrio pobre, muy pobre, se me desgarró el corazón, allí no había ni la más minima noción de higiene, los niños estaban sucios, famélicos, algunos enfermos, tirados en un jergón en el que apenas estaban abrigados. Algo se me revolvió dentro.
Empecé a visitar a Sor Virtudes todas las semanas y llevaba comida.
Mi marido tenía una especie de cobertizo en el que se amontonaban herramientas y trastos, hablé con él y le dije que porque no hacíamos algo por esos niños. Recordaba perfectamente el dolor de estómago rugiendo pidiendo algo para comer. -"Podíamos hacer un pequeño comedor", él me contestó que sería complicado, que tampoco nos sobraba el dinero pero yo le convencí, entre un poquito que pusiera él y mis pagas podríamos hacerlo y así lo hice. Cuando junté 100 euros fuí al mercado y traje lo suficiente como para que al menos 40 niños pudiesen comer. No tenía mobiliario pero a ellos no les importaba sentarse en el suelo. Con el tiempo, fuí pidiendo ayuda por las casas, mercados y tiendas. En una casa recuerdo que me dieron una mesa y dos sillas, en la primera tienda, me dieron 6 litros de leche. En el mercado me dijeron que pasase a última hora y me daría lo que había sobrado y así poco a poco fuí alimentando a cada vez más niños. No había caprichos, ni golosinas pero si amor, mucho amor.
Hoy esos primeros niños vienen a visitarme y participan en el cuidado y alimentación de otros niños que son como ellos fueron... Niños despojados, que no despojos.

viernes, 23 de marzo de 2012

Desposeida














Besos que se escapan
por los rincones de mis deseos,
manos que se hacen frágiles
entre tus risas y desprecios.

Añoranzas de recuerdos
que algún dia coronaban,
al ser que hoy fluye
desposeido de todo.

Grises ojos tiñen
las sonrisas mas negadas,
aquellas que me regalas
con tu alma atormentada.

sábado, 17 de marzo de 2012

Los dragones de la felicidad













En uno de mis innumerables viajes por el mundo quedé fascinada por la belleza y esa mezcla de cultura moderna y antigua de un país tan desconocido como maravilloso llamado Buthan (la tierra del dragón del trueno).
Yo en aquellos años a principio de los 70 andaba sumida en una casi depresión en la que me estaba costando no caer. Animada por una amiga, decidí un viaje que me cambió por completo la vida y mi visión sobre la misma.
Me armé de valor y ganas y sucumbí una vez más a mi espíritu aventurero. Cuando llegué, pronto me di cuenta que mi visión del país no era del todo cierta. Me encontré un paisaje totalmente abrupto y montañoso, donde hacer un viaje en coche te hace sacar hasta las tripas. Yo misma pude comprobarlo. Nunca he padecido mareos viajando, mi estómago aguanta bien los vaivenes pero en esta ocasión creo recordar que tuve que pedir al chofer que me llevaba a mi destino que parara cuatro veces sino quería que le vomitara el coche.
El chofer no creais que me llevaba a un lujoso hotelito, que va, allí los turistas vivían en casas con familias que los acogían por unos días y a los que tu pagabas, era su medio de vida, además del ganado.
La familia Tao-ka me acogió con suma amabilidad, de hecho me sentí como una más desde el primer día. Era un matrimonio de unos 45 años, con dos hijos, un chico y una chica que durante mi estancia en su casa me hicieron de guía turístico.
Me sentí encantada entre ellos y lo que iba a ser un viaje de una semana se convirtió en 10 maravillosos años.
Me gustaba la paz que se respiraba, el trato de la gente, el respeto hacia todo, pero sobre todas las cosas lo que más me llamó la atención y me gustó y fué el desencadenante de mi larga estancia en ese país fué su concepto de la felicidad.
Allí no se buscaba el enriquecimiento monetario (ni siquiera tenían una moneda de curso legal) sino la búsqueda del bienestar humano.
Yo había dejado un país en el que la mujer era casi un objeto, un país machista en la que ni siquera una esposa podía firmar un papel o trabajar sin el consentimiento de su marido y llegué a un pais con menos riqueza material, donde el papel de la mujer era reconocido y respetado, de hecho, es un país matriarcal en el que incluso algunas mujeres se permiten el capricho de practicar la poligamia (cosa que reconozco me escandalizó en su día).
Diez años de mi vida, diez años en los que fuí felíz trabajando en el campo, en el que no me sentí jamás una extranjera y donde los niños me rodeaban para que les enseñara alguna palabra en español.
Diez años en los que fuí respetada y valorada y en los que el amor llamó a mi puerta un día de tormenta, en la que un paraguas sirvió a dos personas para unir diferentes culturas en las que siempre primó el respeto, en los que jamás me sentí más amada como mujer y en los que la vida quiso hacerme el regalo más bonito que un ser humano puede hacer, mis dos hijos; Tian (cielo) y Maylin (jade precioso). Esta es la herencia que Lian me dejó, por desgracia murió a los diez años de mi llegada, pero los nueve años, casi diez que estuve con él, fueron los más maravillosos de mi vida. Su muerte me dejó un gran vacío que tardé en superar pero viendo a mi maravilloso cielo y mi preciosa jade, se me olvidaba todo, sus ojos, eran los suyos, siempre estaría conmigo.
Hoy, cuando ya soy una anciana de ochenta años, que volvió a su país cuando el dolor se intensificaba en cada rincón de Buthan, donde no podía dar un paso sin sentir su olor, donde cada estancia de la casa, era su risa, su voz, su susurro, hoy hago memoria para mi nieta, para que no olvide sus orígenes y para que luche por lo que quiere.

lunes, 12 de marzo de 2012

Soportable












Me daba cuenta que mi vida necesitaba de continuos cuidados y dedicación, pero al tiempo era consciente de mi dependencia hacia él. No era felíz a su lado pero lo prefería a la soledad.
Sus besos ya no los sentía como antaño, ahora me molestaban. Ya no deseaba sus caricias , suplicaba porque él no deseara tener sexo y cuando cansado se tumbaba en la cama y se daba la vuelta yo sonreía aliviada.
Diréis que vaya vida ¿verdad? bueno, es la que yo me busqué.
Posiblemente todo comenzó a desmoronarse el día que me di cuenta que aquello que en principio no nos unía porque teníamos gustos diferentes y que no me importaba que así fuera hoy, después de diez años, no lo soporto, nos separa.
Sus reproches tampoco es que ayuden mucho claro, es el típico hombre que piensa que con trabajar y traer dinero a casa es suficiente. Si claro, claro que aún quedan hombres así.
Mi historia emocional ha sido un continuo ir y venir de sentimientos. Nunca supe canalizar el cariño y entrega y así me ha ido. En cuanto veía un chico que me hacía ojitos y me decía cuatro cosas bonitas mi corazón se desbocaba rebosante de amor.
Con el tiempo, me he dado cuenta que soy una mujer sedienta de cariño y a pesar de que se que no estoy con el hombre adecuado, aún me hace reir.

lunes, 5 de marzo de 2012

Libertad












Sueña con un mañana
en el que todo llegará,
la primavera anunciará
tu libre pensar,
y tu boca podrá por fin gritar
esos sueños que han de acallar.

Fuiste prisionera
de un lugar llamado doblegar,
pero jamás podrán tiranizar
con su cobarde ejecutar
tu anhelo más incondicional.

Podrán tu cuerpo torturar,
podrán tu mente exclavizar,
pero jamás podrán borrar
de tus sueños,
la palabra LIBERTAD.

martes, 28 de febrero de 2012

Hombre














A tí, que me atas cada día a tu cama,
al que llevo por bandera en mis entrañas,
el que me seduce cada día con la mirada,
ese que con un movimiento me estanca.

Ese hombre, con su sién ya plateada
que se acurruca a mi lado y me arrebata,
aquel que me hace dócil a su espalda
y fuego en mil y una batallas.

Quédate en mi lecho un poco más,
juguemos al son de un compás,
tu cuerpo... mi cuerpo,
todo quedó atrás, mi dolor... y tus lágrimas.

jueves, 16 de febrero de 2012

Shiva













Conocí a Shiva por casualidad. Estaba visitando centros psiquiátricos en mi última visita a la India cuando la descubrí. Tenía los ojos perdidos en el horizonte y llevaba siempre consigo una chaquetita bastante sucia y deteriorada. Al principio, cuando la vi mirando a través de la ventana, no le di mayor importancia, hay tantas personas con la mente perdida que lo más lógico es que su mirada se pierda por las paredes de las estancias, por los techos, por los suelos o simplemente a través de una cristalera.
Al entrar al recinto acompañada por uno de los médicos que trataban a los pacientes pude comprobar el deterioro de las paredes, la pintura se iba cayendo, los marcos de las ventanas, de madera, estaban llenas de hendiduras por las que se colaba el agua cuando llovía. El despacho de este médico no era mucho mejor, cuando le tocaba hacer guardia, su cama no era más que un somier con patas y un colchón bastante desgastado. Me contó que reciben muy pocas ayudas, si acaso de algún organismo extranjero y ninguna del gobierno de su propio pais.
-Se han olvidado que estos enfermos también son personas. La mayoría de los enfermos son mujeres que enloquecieron por el sufrimiento que la sociedad y sus costumbres les obligan a tener- me dijo.
Después de mostrarme las diferentes estancias e invitarme a un delicioso té de orquídea y caléndula, me mostró las salas donde se ubicaban los enfermos cuando no están en sus habitaciones y allí estaba Shiva. Era una muchacha joven de 20 años, muy bonita a pesar de su rostro inexpresivo. Su historia era triste, como la de tantas y tantas mujeres en La India.
Su único delito era haber dado a luz hembras.
Se casó a los 15 años con un vecino de una aldea próxima a donde vivía con sus padres y aunque al principio su marido no le prestaba demasiada atención ella fué acostumbrándose. El quería hijos a toda costa, cuanto más pronto mejor ya que el tener hijos era un "salvoconducto", una fuente de ingresos para las familias. En la cabeza de su marido no entraba la palabra hija, solo hijo, muchos hijos, "las hijas no sirven para nada, solo para cargar con ellas, no hay más que verte a tí, solo sirves para hacerte hijos" le solía decir él con frecuencia. La vida de Shiva no era un camino de rosas, su marido pasaba gran parte del día trabajando por lo que ella estaba sola mucho tiempo, a veces volvía para comer y cuando esto ocurría Shiva ya sabía cuál era el postre que el quería tomar. Era una especie de esclava en su casa aunque ella sabía que no tenía ningún derecho a llamarla así puesto que para las mujeres no había nada, tan solo tenían el derecho a satisfacer a sus maridos cuando y como quisieran, sin protestar. Su marido empezaba a impacientarse cuando pasados 3 meses de la boda Shiva no se quedaba embarazada, por lo que empezaba a obsesionarse y la obligaba a tener sexo con él varias veces al día. Para Shiva esto era una tortura pués la falta de apetencia hacía que las relaciones fuesen dolorosas y desde luego nada placenteras puesto que él nunca se preocupaba de que ella disfrutase. Tuvieron de pasar otros 3 meses para que Shiva por fin se quedara embarazada, entonces su vida mejoró un poco, él ya no la presionaba tanto y cuando quería sexo había maneras de aliviarse, siempre había alguna mujer dispuesta por unas rupias a satisfacer cualquier necesidad y parece que le debía gustar bastante ya que a ella durante todo el embarazo no la tocó.
Para suerte de Shiva dió a luz un niño bastante sano aunque muy delgadito. Cuando el niño tenía un mes de vida, Shiva volvió a quedarse embarazada ya que su marido no quiso guardar los días necesarios de cuarentena. El embarazo volvió a pasarlo tranquila y cuando llegó el momento de su vientre no salió una criatura sino dos pero desgraciadamente eran dos niñas. Su marido encolerizó y le pegó dos bofetadas, decía que era culpa suya, que no valía para nada. Shiva solo veía dos niñitas preciosas, con los ojos muy abierto. Su marido le dijo que las observara bien porque no las volvería a ver. Salió de la cabaña y Shiva trató de incorporarse, sabía perfectamente lo que aquello significaba, su marido iba a deshacerse de las niñas y ella no quería, eran sus niñitas, desgraciadamente para Shiva y sus hijas era tarde, ella estaba muy débil, había perdido mucha sangre durante el parto y no tenía casi fuerzas para sostenerse.
Su marido volvió al cabo de pocos minutos, traía una tela de lona, muy sucia, cogió a las niñas y desapareció con ellas. Shiva lloraba, suplicaba, gritaba pero nadie la socorrió, nadie se apiadó de ella, aqui todo el mundo oía, veía y callaba.
Shiva nunca supo que fué de sus hijas, solo entendió que algo dentro de ella se había roto. Pasaron los días y se convirtió en una autómata, ni siquiera se enteraba cuando su marido la forzaba, no sentía, no padecía. Su marido pasado un tiempo la repudió, La abandonó a su suerte en un bosque y un sacerdote la encontró vagando, agarrada a esa chaquetita y la trajo hasta aquí, desde entonces no hemos sido capaces de sacarla de ese estado.
-¿Y a su marido, no le pasó nada por hacer desaparecer a sus hijas?-pregunté yo.
-Aquí, en este país, las hijas son un estorbo, piensan que no sirven para nada, ya que quién lleva la voz cantante y por quien se paga en lo que se conoce como dote es por los hijos. Es muy difícil cambiar costumbres, pensamientos, no se dan cuenta que sin las mujeres no habría vida, solo ven lo que quieren ver... pero si hay padres que cambian el sexo a sus hijas hacia el año de vida y las hormonan para convertirlas en hombres, ya sabiendo eso, que vamos a esperar- contestó el médico resignado.
Me quedé muy pensativo y atónito, no podía creer lo que estaba oyendo. Salí de allí apesadumbrado, impotente por no poder hacer nada por Shiva y sabiendo que su vida sería siempre un viaje por su confusa mente.

viernes, 10 de febrero de 2012

Esta noche ¡NOOOO!













Silvia era una mujer de unos treinta años que estaba cansada de tener que caminar todos los días para ir al río a lavar la ropa o a la tiendita a comprar, por un camino que era peor que un tiovivo desbocado.
El camino era de tierra, lleno de baches y socavones y cuando llovía, que era bién a menudo se llenaba de charcos y barrizales y más de uno y de una se había casi dejado el pie en uno de esos pozos.
Silvia había hablado con su marido Manuel sobre su situación y le pedía que fuese a hablar con el alcalde y le contara su situación a ver si arreglaban eso de una vez. Su marido siempre le decía que esa misma semana lo intentaría pero que seguro que siempre habría algo que arreglar más importante que un camino para una veintena de vecinos.
-Manuel, mira que es necesario, no puedo estar yendo y viniendo por ese camino como tal y como está todos los días, o acaso ¿tú vas bién cuando te vas a trabajar?.
-No mi amor pero ten paciencia, iré al ayuntamiento a ver que se puede hacer.
-Manuel, siempre dices lo mismo.
-Y tu sabes que es verdad que lo haré.
Ante esta situación a Silvia se le ocurrió una idea. Reunió a todas las mujeres del poblado y les explicó que así no podían seguir, que necesitaban presionar de alguna manera a sus maridos para que se movieran y les propuso no tener relaciones maritales con ellos hasta que no arreglaran el camino.
A todas les pareció excelente idea, algunas incluso agradecieron el pensar que por un tiempo no tendrían a los zalameros y fogosos de sus maridos todo el día colgadas de ellas.
Silvia y algunas mujeres del poblado fueron más allá en sus presiones. Silvia conocía a la mujer del teniente de alcalde porque habían sido amigas de pequeñas, lo bastante amigas como para decidirse a ir a hablar con ella. Antonia, que así se llamaba la mujer, la recibió muy cariñosamente. Silvia le explicó brevemente la situación por la que estaban pasando y después de pensar, decidió ayudarlas a hacer presión ella tambien, es más, le prometió que hablaría con Pilar, la mujer del alcalde y seguro que ella también accedería. Estaban todas de acuerdo en que tenían que hacerse notar y presionar "donde más duele" como ellas decían riéndose.
La fórmula no se hizo esperar para hacer efecto, en cuanto los maridos vieron que la única respuesta que recibian ante sus cariños era ¡Esta noche no! y que esto se repetía noche tras noche hicieron asamblea y el alcalde que tambien es hombre y tiene sus necesidades y ante la amenaza de su mujer con cortarle los cataplines si lo solucionaba yéndose de pelandruscas, dictó orden de empezar las obras del camino de Santiago, que así se llamaba dicho camino. En un mes todo estaba solucionado, un camino liso, sin baches ni hoyos, donde ahora si se podía caminar por el.
Es misma noche hicieron fiesta en el poblado y todos los matrimonios pudieron por fin disfrutar y desplegar sus mejores artes amatorias e incluso se dice y se comenta que Silvia y Manuel se fueron detrás de unos matorrales a matojear para recordar que bueno era decir ¡Esta noche SIIIIIIIIIIIIIIII!.

sábado, 4 de febrero de 2012

Siempre llega la calma












Raúl era un tipo hosco, huraño, sin demasiado contacto con el mundo exterior. Sus vecinos habían hablado sobre él en innumerables ocasiones. Les llamaba la atención que a pesar de ser una persona joven (rondaría los 40) su cara era siempre el espejo de la mala uva.
Elena era una mujer de 80 años, vecina de escalera de Raúl. Cuando se encontraban en el rellano de cuando en cuando, siempre intentaba entablar una pequeña conversación con él, pero Raúl siempre pareciera tener prisa y pocas ganas de hablar. Contestaba a su saludo con un "Buenos dias o buenas tardes" y salía o entraba como despavorido. Rechazaba todo contacto humano que le hiciera permanecer más de 15 segundos seguidos.
Elena había hablado muchas veces con su hija sobre la actitud de Raúl. Marta, que así se llama la hija de Elena nunca lo había visto. Las veces que visitaba a su madre no habían coincidido en el portal.
Aquella mañana de lunes, amaneció lluviosa, la fuerte lluvia se acompañaba de algún relámpago.
Elena tenía que salir a la calle, necesitaba la medicina que tenía que tomar en cada comida. Había llamado a su hija para ver si se la podía ir a buscar, pero Marta tenía el día ocupado, le tocaba visita al ginecólogo y no sabía lo que iba a tardar.
-Ya sabes como es esto mamá, ¿cómo no me lo dijiste el sábado? te lo habría ido a
buscar si tú no querías salir de casa.
-Lo sé hija pero conté mal, creí que tendría por lo menos para las dos primeras
tomas. Bueno, no te preocupes, esperaré hasta la una del mediodía y sino iré a buscarlas yo, total, tampoco está tan lejos la farmacia.
-¡Ay mamá, con la que está cayendo!.
-Bueno hija, te dejo que sino se te hace tarde, ¿vienes esta tarde, verdad?
-Si mamá, hasta la tarde. Un beso ¡Y abrígate bien!.
-Si hija, no te preocupes.
La mañana fué pasando. Al ver que ya eran las 12.30 fué a prepararse para salir. Miró por la ventana y vió que la tormenta había amainado, ahora ya no eran más que unas cuantas gotas las que caían. Se puso el abrigo, cogió su paraguas, las llaves y salió de casa.
En casa de Raúl no se oía nada. -Estará trabajando- pensó.
La farmacia estaba desierta, tan solo Mara, la empleada, la saludó con una sonrisa y unas cuantas palabras amables. Elena salió de la farmacia y volvió a casa.
Abrió el portal y al ir a empujar la puerta sintió que se abría con facilidad, Raúl estaba empujándola para que pudiese entrar sin problema.
-Buenos días, ¡vaya mañana que ha hecho, ¿verdad?!.
-Sí-respondió él sin dar más explicaciones.
Elena subió el primer tramo de escalera, seguía los pasos de Raúl que ya se había adelantado y casi estaba llegando a su puerta. Al poner el pié en el primer escalón del segundo tramo, sintió que resbalaba. Un grito salió de su garganta aunque pudo agarrarse al pasamanos antes de caer al rellano.
Raúl bajó corriendo al oirla y por primera vez se interesó por ella.
-¿Puede levantarse?
-Creo que si- respondió Elena.
Raúl la ayudó a incorporarse y a subir los dos tramos de escalera que quedaban para llegar a sus casas. Por suerte no vivian más que en el primer piso.
Elena le dió las llaves a Raúl que abrió la puerta y entró con ella para acomodarla donde le dijese.
-¿Se encuentra bien?- preguntó Raúl.
-Creo que si. Solo noto un poco de dolor en el pié.
Raul se lo miró, lo tenía un poco hinchado.
-Creo que debería verla un médico. ¿Tiene alguien que pueda acercarla?.
-Ahora mismo no. Mi hija está en el hospital y no vendrá hasta la tarde.
-Entonces la acercaré yo- contestó Raul.
Por suerte para Elena, no era nada, solo tenía dolor por la postura que adoptó el pié al caer. No había esguince ni ningún otro tipo de daño, con lo cuál a los dos días estaba como nueva.
Marta la hija de Elena, intentó darle las gracias a Raul pero nunca lo encontraba en casa, así que trasladó a su madre su deseo de que le diera las gracias cuando lo viese.
A raíz de aquel día, Raúl y Elena empezaron a entablar más conversación, incluso alguna vez él le había ayudado con las bolsas de la compra.
Una tarde, Raul picó en el piso de Elena. No sabía porque pero el teléfono estaba mal, tenía mucho ruido y no había manera de comunicarse. Necesitaba que le dejase hacer una llamada. Elena le hizo pasar y lo llevó a la salita donde Marta la esperaba.
Los dos se miraron, fijamente, como hipnotizados.
-No puede ser ¡Raul!.
-¡Dios, Marta! ¿no me digas que Elena es tu madre?.
-Pués si. Llevo un montón de días intentando hablar contigo para agradecerte lo
que hiciste por mi madre y nunca te encontraba.
-Sí, ya se. No paro mucho por casa.
-¡Vaya!, veo que os conoceis- dijo Elena.
-Sí mamá, nos conocemos de hace mucho tiempo, ¿verdad Raul?- le dijo Marta
guiñándole un ojo.
-Sí- contestó él con una voz llena de nostalgia.
-Bueno, ahí tienes el teléfono- le mostró Elena.
Después de aquel día Raul se hizo asiduo a la casa de Elena. Siempre que podía estuviese o no Marta se escapaba un ratito para charlar con ella.
Raul empezó a cambiar, su semblante serio se transformó en un semblante más agradable, incluso volvía a sonreir.
Raúl volvió a tener ilusión, empezó a interesarse por las cosas de Marta. Elena se sentía felíz. Le gustaba Raúl. En el fondo sabía, que aquella dureza, aquella acritud, no eran más que una fachada, una coraza para no formar parte de nada ni de nadie, pero Elena, esa ancianita que tenía por vecina y que a pesar de que siempre pareciera estar enfadado con todo el mundo, nunca tuvo un mal gesto con él y con su bondad le cambió la vida para bien un buen día, en el que después de la tempestad siempre llega la calma.

sábado, 28 de enero de 2012

Lujuria

















Esta noche te vas a enterar,
no importa si eres de mañana o tarde
yo elijo la noche.
Verás atado el pudor
y desatada la pasión.
Tus manos se posarán
sobre la cumbre más elevada,
tus yemas pellizcarán
mi excitación más prolongada.
Tu boca seducirá
cada centímetro de mi cuerpo,
humedeciéndolo como solo tu
sabes hacerlo.
Yo dejaré que profanes
amaneceres perpétuos,
allá donde se confunde
la luz del día con la del firmamento.
Atráeme, sacúdeme, violéntame,
que note tu fortaleza,
poséeme con ganas,
como solo tu sabes hacerlo,
hazlo con rabia,
con rabia contenida de deseo
y así yo tambien pronunciaré,
un solo ruego.

viernes, 20 de enero de 2012

Entre polvo

















Camina que te camina
dirigíanse mis pasos,
al gran cañón del colorado,
cuando a lo lejos diviso
una nube de arena
cargada de viento insumiso.
Antes de poder proceder
a cerrar mi preciosa boca,
un hilillo de voz asomó diciendo:
"Punto en boca
o de granos te llenarás,
y no de arroz, para empezar.
Cogí las riendas de mi caballo "Pinto"
y rauda y veloz me dirigí
hacia las dunas de "El Espartal",
donde mi amado esperaba
mi accidentade llegada,
y mientras más esperábamos
a que amainara la tormenta,
en divino trance situacional entramos,
un aquí te pillo,
un aquí te mato,
y nos olvidamos del viento, de la arena
y hasta de los granos.

miércoles, 11 de enero de 2012

¿Qué hacer?
















¿Qué hacer cuando la vida se te escapa?.
Cuándo sientes que te falta hasta el aliento
y no puedes hacer nada.
Cuando la puerta se cierra en tus oidos,
como un golpe seco de martillo.
Cuando no hay preguntas con respuestas
y en las que hay, no suplican.
Cuándo la vida se tiñe de negro
y solo ves un pozo sin fondo.
Cuándo las imágenes se agolpan
como latidos al galope, desbocados.
Cuando sientes un nudo en tu garganta
que te aprieta sin reparo.
Cuándo necesitas gritar
y no puedes... y te callas.
Cuándo deseas abrir la puerta
y sabes que debe quedar así.
¿Qué hacer cuando no haces nada?

domingo, 8 de enero de 2012

Incertidumbre















Ira amiga de la derrota,
movimiento inexistente del futuro horizonte.
Camino sin rumbo, sin patria.
Habrá que mirar
el resplandor lejano
que surja de la línea
ligera del ocaso.