jueves, 27 de octubre de 2011

Sauce











A ti, sauce,
a tí que das cobijo a los caminantes,
tú que con tus ramas,
parece que quisieras abrazar
al desdichado que llora bajo tu manto.
Tú, noble ser,
que derrochas bondad, no llores,
no llores mi buen sauce,
piensa en tu poder.
Tú, que eres el abrigo
de las aves del paraiso,
tu que ahuyentas y aconsejas
a enamorados desesperados,
con tus ramas cabizbajas
tristes se dan por enteradas,
guardando los secretos
en silencios gritados al viento.
Sauce, sauce frondoso
deja ya de llorar,
despliega tu mejor gala
en esta vereda,
en la que tienes tu casa.

miércoles, 19 de octubre de 2011

Utopía













Mil y un sueños me traías,
en las noches de locura,
en la vorágine de tu risa,
en la suavidad de una caricia.
Incitando al despertar,
respiraba tu aliento
en las hojas caidas del otoño,
sintiéndome mariposa
en la escarcha de tus sienes,
pensar cuando éramos instantes
de una huella imborrable,
palpitando entre sombras,
cuando fuiste el murmullo constante,
donde mi mirada congeló
la ausencia de tu adiós.

domingo, 16 de octubre de 2011

Vacío












Noches en blanco,
las horas van devorando mi sueño,
soy penitente de la vida,
nostálgico de la perfección,
reclamando una presencia
que no juzgue mis pecados,
silenciando lo que no puedo acallar,
apretando ojos y puños,
tratando de borrar,
la imagen difuminada del ayer
para que quepa la esperanza,
porque sentada en mi soledad,
la realidad se torna nada.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Hazme llorar para escribir un mensaje









Hazme llorar para escribir un mensaje,
en el que los viejos recuerdos,
corran contra el viento.
Los intentos se olvidan de buscarse,
ya no hay sangre que corra por mis venas,
lo normal es olvidarte,
cuando es la distancia la que se hace olvido,
cuando dejaste de ser un pasajero
y el susurro ya no es tierno,
porque el presente se hizo ausente,
por eso ...,
hazme llorar para escribir un mensaje.

viernes, 7 de octubre de 2011

Decomisado
















Porqué tengo que escuchar,
tú, que nunca más quisiste verme,
¿acaso tengo que lavar
todos los trapos que ensuciaste ya?.
Ahora te callas y escuchas:
"Tus besos ya se apuraron".
Tus palabras huyen temblorosas,
cobardes dibujando los senderos
que recorrieron tus huellas.
¿Recuerdas mi soledad?
pues bién, sigo así:
"ya no tengo malas costumbres,
aprendí a vivir sin tí,
ahora soy la luz de las sombras
y tú ya tan solo eres,
la notificación de un embargo".

domingo, 2 de octubre de 2011

Linda














Me llamo Linda. Cuando solo era un bebe de apenas 1 o 2 meses fuí adoptada por una família con 3 hijos. Sé que la madre se fijó en mí por que era un bebé precioso. La verdad es que no tengo recuerdos de ese momento. Será porque era demasiado pequeña para poder hacerlo.
Mi vida se puede decir que era bastante cómoda,solían salir a pasear conmigo todos los días mis hermanos, la que más me paseaba era María, que era la hija segunda del matrimonio, aunque la mayor Renata también lo hacía.
Con el tiempo, dejaron de verme como un juguete, me iba haciendo mayor.
Llamaba mucha la atención porque era muy bonita. Todos en el barrio me conocían.
Siempre me cuidaron mucho, estaban atentos para que ningún galán de tres al cuarto pudiese tener algo conmigo y yo coqueta y pizpireta me movía con unos coquetos pasos que a más de uno hacía que se girase para mirarme.
Mamá tenía unos conocidos que también habían adoptado y un día me dejó en casa de ellos y bueno ... en el baño ... pués ... sucedió algo. Bueno, vosotros ya me entendeis.
Al cabo de un tiempo descubrieron que estaba embarazada. No me dijeron nada, no me riñeron, no me gritaron, no me pegaron, todo lo contrario, me cuidaron. Cuando llegó el momento, que me pilló en casa por cierto, tuve a mis hijos, que fueron varios ¡menuda puntería!. Yo estaba agotada pero muy contenta. Mamá nos acomodó a todos pero no veía en ellos una alegría desbordante, sobre todo en Renata que me miraba siempre con tristeza y aunque intentaba averiguar porque, nadie soltaba prenda.
Una mañana en la que estaba profundamente dormida, extasiada de tanto cuidar de mis hijos, desperté y vi que no estaban. los busqué por toda la casa pero nada encontré. Al cabo de un tiempo, no se si corto o largo, Renata entró en casa, fuí corriendo hacia ella intentando averiguar que pasaba, donde estaban mis niños pero vi tanta tristeza en sus ojos que sabía que algo malo había pasado. No pregunté, me tumbé mirando a ninguna parte, ya no quería saber pero Renata entre lágrimas y acariciando suavemente mi cabeza me contó que ellos, mis niños, mis pequeños, habían sido adoptados. No quise oir nada más, desde aquel día me volví más arisca, intentaba no pensar en ello, seguir con mi vida y tener tranquilidad pero ya nunca más sería lo mismo.
Pasaron unos años más y me fuí a vivir a otro lugar. Ya nunca supe más de ellos. Estoy segura que Renata pensaría en mi más de una vez y María seguro que me echaría mucho de menos pero la vida es así, a veces muy injusta.
Hoy ya desde el cielo, ese en el que están las almas nobles he descubierto que a pesar de lo que llegué a sufrir en un momento dado fuí un ser privilegiado, di con una familia que me cuidó y atendió y aunque a veces los quehaceres y relaciones de todos ellos hacían que no siempre pudiese estar acompañada, se que he dejado huella en todos ellos, sino hoy no estaría contando esta pequeña historia.
Hoy esta pequeña pekinesa de nombre Linda ya no sufre, está en el cielo de los perros y desde aquí de vez en cuando, les envío un cariñoso ladrido para que nunca me olviden.