martes, 15 de junio de 2010

Fín
















Se sumió en una profunda decepción,
aquella que él le infringió
cuando sus ojos adivinaron
el final anunciado.
Sin vuelta atrás,
por ella no fué,
puso todo de su parte
pero el creer que todo estaba ganado
arremetió en su interior.
Daba alaridos silenciosos
que el ignoraba aun sabiéndolo,
creía que nunca se atrevería
a irse de su lado,
pero error,la confianza no debe ser ciega
y la mano que fuerte le estrechaba,
hoy se abría para el adiós.
El arrepentimiento no forma parte
de esa vida ideal que añoraba,
el tiempo no perdona,
hace mella en quién no remedia
la muerte anunciada y ésta ...
por el camino ya llega.