sábado, 30 de julio de 2011

¡Garganta... ay gargantita mía!















¡Garganta...
ay gargantita mía!
tu que me acunaste
con mil melodías,
tú que mil piropos tenías
que hasta como despertador
te querían.

¡Garganta...
ay gargantita mía!
tu vibrato melodioso
con ese sonido armonioso
que de ti yo presumía.

¿Por que me haces la puñeta
y te alías
con mis pulmones y oido,
para desbarajustar sin sentido?.
Sé buena y avisa
a tu amiga la fiebre,
¡dile que ya me deje!.

¡Garganta...
ay gargantita mía!
deja ya de darme estocadas
que el mundo taurino
es muy comprometido,
y no es lo mío.

Hagamos un trato,
anda se complaciente,
deja ya de quemarme,
yo a cambio prometo
cuidarte con esmero
curarte y aliviarte.