miércoles, 13 de octubre de 2010

Prestaciones



Hojas mecidas por la brisa otoñal,
poco a poco irán cayendo para dar vida,
otras,más fuertes,virginales,llegarán.
El calor de una chimenea nos envuelve
arropándonos con su luz tintineante,
adormeciéndonos por los contrastes.
El frío del otoño pone fin,
horas plácidas que sucumben
al ser acariciadas por la luz.
Susurros vespertinos
amoldados en nuestras conciencias,
dando vida a los sueños.
Desgarros placenteros
que nos envuelven
como marionetas inertes.
Desplegamos nuestros encantos,
hacemos el momento inolvidable,
en un mar imperturbable.